jueves, 26 de abril de 2012

Avistamiento de Ballenas en Buenaventura (Juanchaco)

En Agosto de 2011, decidí cumplir otro de mis pendientes antes de morir y este es conocer las ballenas jorobadas en nuestro país Colombia.  Uno muchas veces ve los documentales en Discovery Channel y se sorprende, pero en muchas ocasiones no nos damos cuenta que en nuestro país es fácil ver en persona lo que se observa en un documental.

La primer decisión difícil para tomar fue ¿Dónde conocer la Ballenitas? ¿En que parte de las múltiples ofertas que ofrece el pacífico se puede ir a verlas?, finalmente decidí dirigirme hacia Buenaventura; ya que, el invierno que azotaba nuestro país en esa época hacia imposible el transitar con seguridad vial las carreteras, por tal motivo la carretera que lleva de Medellín a el Valle del Cauca generaba un alto porcentaje de confiabilidad; Nuquí la deseché pues ir en carretera imposible y en avión, hay que ser rico para ir, pues esos pasajes por menos de una hora de vuelo en un avión pequeño, me parecen exageradamente costos y si a eso le sumamos las cabañas y demás arandelas se vuelve un paseo exageradamente costos y ahí sí como dicen muchos “pasear en Colombia es muy costoso”.

Se compraron los tiquetes  con dos días de anticipación en  flota Flota Magdalena; pues, para ese momento la flota S24 que era un poco más económica no vendía con días de anterioridad debido a que no poseen un sistema de información computarizada.  El problema con estas flotas es que el único puente festivo que hay en Agosto; es el propio para ir a ver la Ballenas, ya que estas circulan desde Junio a Noviembre por la aguas del Pacífico, siendo Agosto el mes de mayor afluencia de estos mamíferos y realmente me dio temor ir el mismo día de iniciar el viaje a comprar el tiquete y que ya se hubieran agotado, fue este el motivo que me llevó a hacerle la cacería a la apertura de tiquetes en Flota Magdalena y sumado a que solo viaja un bus en todo el día en cada flota, ¡no hay muchas opciones que digamos!.

Se llegó el Viernes y si señores que a las 20:00 se inició el viaje hacia Buenaventura en bus, en un supuesto viaje de nueve horas; pero, falso de toda falsedad, no sé porque motivo el viaje tardó 11 horas después que a todo el que le preguntaba me decía que 9 horas.  Adicionalmente cuando viajo con mi AKT en carretera y ve uno por el retrovisor un bus de esos de transporte de pasajeros intermunicipales grandes bonitos (como en el que yo viajaba en ese momento), hago una fuerza porque esos berracos andan arriao’s  y lo ponen a uno a tragar hollín cuando pasan dejando su vórtice de aire desequilibrante a mas de 100 km/h; pero, cuando veo en mi GPS dentro de este bus que la velocidad promedio era de 80 Km/h, me sentí feliz por mi seguridad y triste al darme cuenta que a mi me toca cuando estoy en la moto son los que andan al “soco” (tristeza no, mas bien una rabiecita interna) generando esa sensación de inseguridad para el motociclista.

Al sábado en la mañana, llegamos a la terminal de buses de Buenaventura y lo primero que hice fue desplazarme hacia las flotas que van a Medellín a buscar el tiquete para el día Lunes festivo en la noche (nuevamente, solo sale un bus en todo el día); pero, estos informan que la venta se inicia el día Lunes, ya me dio un poco de pánico, pues no me imaginaba varado en Buenaventura por tiquete, sabiendo que al Martes había que ir a trabajar; pero bueno, finalmente me relajé y a “a la mano de Dios”.

Posteriormente nos dirigimos al muelle turístico, al cual gracias al GPS y al preguntar nos dimos cuenta que era relativamente cerca de la terminal de transportes y pudimos llegar caminando, es increíble como los habitantes de esta ciudad están en apariencia, siendo educados para guiar y atender al turista, pues todos al ver nuestras pintas de Edgar Vivar con la cámara fotográfica en variado capítulo del Chapulín colorado sin que tuviéramos que preguntar decían, “¡el muelle turístico por allá!.  En la entrada del muelle hay un supermercado, donde ingresé y compré agüita y una parbita pa’ la gorobeta y así legalizar el desayunito.  Posterior a esto,  nos dirigimos al muelle a reclamar nuestro pasaje en lancha, el cual venía incluido en el pago que se hizo al hotel; esto me pareció súper bien organizado, llega uno a la ventana, muestra el recibo de pago, indica uno el hotel al cual va y le entregan a uno su tiquete de lancha, acto seguido pasa uno por una fila, mas bien larguita en donde se hace un poco desesperante debido a que hay un puesto de la policía que lo obliga a uno a abrir la maletica para “revisar” que no hayan cosas ilegales en los equipajes de los viajeros. Mientras hacia la fila me pareció muy extraño que había variado barco en zona seca de la playa y preguntando me indican que es la marea que estaba baja… gguuuaauu… primer vez en mi vida que veía el fenómeno de la marea, pues siempre que viajaba al mar este nunca se movió.

Marea Baja

Una vez acomodados como salchichas en la lancha arrancamos rumbo al occidente buscando Juanchaco, en esta lancha rápida el GPS mostraba una velocidad de unos 60 km/h y nos demoramos desde Buenaventura a Juanchaco 40 minutos (no recuerdo en mi vida haber recorrido tanto tiempo en una lancha).  Durante estos 40 minutos se aprecia mucho paisaje bonito y salvaje, viendo el recorrido que muestra el GPS, por fin entendí donde quedaba Juanchaco, pues durante mi estado del arte nunca pude ubicarlo correctamente en un mapa.  Llegamos y al bajar de la lancha me doy cuenta que Juanchaco es un corregimiento alejado de mucha civilización y me sorprendió que hubiese tanta gente allí viviendo e inclusive una base de la fuerza aérea colombiana.  Una vez allí tocó contratar una moto (tercer transporte para llegar al hotel), la cual en un recorrido de aproximadamente 20 minutos nos dejó a la entrada del hotel Bahía del Sol el cual queda en Ladrilleros (es como un sub-barrio de la región).

El hotel Bahía del Sol, es un hotel que aunque rodeado de personas y otras pequeñas edificaciones, se encuentra al lado de la pista que mencioné anteriormente, la verdad no se ni como hicieron para llevar los materiales hasta allá para construir dicho hotel, pues eso si queda es lejísimos; su construcción es básicamente en madera, consta de dos plantas muy bien distribuidas y está pintado con los colores que indican a kilómetros que el hotel es parte activa de Colombia.  Este hotel incluía los tres golpes (tres comidas) y pues si, llegamos a almorzar y yo de una a buscar el mar, preguntando preguntando llego “a la playa” ¿Cuál playa?, ¡no había!, era una especie de acantilado en el cual rompía el mar de una manera brutal y volviendo a preguntar me dicen que la marea bajaba a las 16:00 y que a esa hora si había playa, bueno, con ganas de mar no me quería quedar y me fui a buscar la playa donde nos dejó la lancha, allí “tiré charco” hasta bien entrada la tarde mas bien hasta casi noche, luego regresé al hotel comí, me bañé, me recosté un momentico y con el cansancio del viaje y del mar, caí como roca hasta el otro día.

Playa Cerca al Hotel (Con Marea Alta)

Playa de Juanchaco
El Domingo fue brutal, pues tocaba maximizar el tiempo con la finalidad de disfrutar lo más posible en el menor tiempo.  Lo primero a lo que vinimos, a ver Ballenas pues si señores que muy madrugados, nos fuimos al muelle de Juanchaco y allí en lo que parecía una plaza de subastas (por la cantidad de gente), vendían la boletica para montar la lancha y salir en búsqueda de aquellos mamíferos, pagamos $20.000 por cabeza y nuevamente como salchichas en la lancha y después de cinco minutos a todo “vapor” llegamos al sitio de avistamiento; estratégicamente me había hecho en la proa de la lancha previendo que ningún peludo me fuera a estropear la vista delantera y por ahí derecho las foticos, luego de dar variada vuelta pum…. Sale el lomo de una ballena… ¡que emoción! Se ven inmensas al lado de la lancha, se siente uno pequeño a su lado y se da cuenta uno que de no ser por la lancha uno es un ser muy débil ante la naturaleza y que si por este animal fuera, con solo un coletazo voltea la lancha y puede si así lo deseara, acabar con todos los pasajeros a punta de coletazos; pero bueno, muy empeliculado, pues estos animalitos parecen no inmutarse por la presencia de las cuatro o cinco lanchas que pueden estar rodeándola, simplemente se relaja y ya.  En un momento comenzamos a ver saltos de una de las ballenas…. gggguuuaaauuu… cosa hermosa.. muy fotogénica ella se dejó retratar dando sus saltos y que belleza; luego de unos diez minutos… ¡bueno señores pa’l muelle!, se acabó la moneda :( y pues las fotos que alcanzamos a tomar y ya, definitivamente si es mero negocio, veinte lucas y como quince minutos incluyendo el tiempo de desplazamiento… pero bueno, muy afortunados que pudimos ver las ballenas y que nos saltaron y todo; ya que, uno paga es por tiempo, no por avistamiento así que uno puede pagar ir y no ver nada, para ese caso se perdieron veinte.. jejeje.


En el muelle comprando los tiquetes para el avistamiento





Posterior a esto el hotel nos regaló el viaje a Playa Chucheros, digo regaló con mucha satisfacción, pues fue una sorpresa ese fin de semana para los que estábamos hospedados; pero, desafortunadamente por el horario en que fuimos a ver las ballenas no coincidimos con el horario de la lancha comunitaria para los del hotel; sin embargo, luego de exponer nuestro caso y poner cara de ternero degollado a la administradora ella muy amablemente coordinó una lancha para nosotros, por lo tanto posterior a nuestro avistamiento;  al llegar al muelle hablamos con la persona designada, quien nos ensalchichó en otra lancha y rumbo a playa Chucheros, la cual es como a diez minutos en lancha desde el muelle de Juanchaco.  Una vez en la playa Chucheros, también llamada Johnny Cay del pacífico, nuevamente el hotel muy organizado nos entregó el almuerzo incluido en el pago de este, un pescado cocinado por esas negras de allá, hecho en leña, buenísimo.. uff, no hay nada como un pescado con su respectivo caldo cocinado en esas condiciones junto al mar, ¡excelente!.

Camino a playa Chucheros

Playa Chucheros - "Jhonny Cay del Pacífico"
Luego tuve la oportunidad del baño en la cascada de agua dulce, una cascada que llega directo a la playa, muy bonita por cierto y nunca vista por mis ojos, siempre veía era ríos desembocar en el mar, pero nunca en forma de cascada, allí se departió un rato con personas en su mayoría de la capital; pues, paisas ahora que lo pienso… mmmm.. no, solo nosotros; pero bueno, la idiosincrasia y la actitud de los vallunos hizo muy llevadera la estadía allí a parte que nos entendimos muy bien.  En esta cascada a media tarde llega la lancha por nosotros y de nuevo a Juanchaco, luego al hotel y allí la cena.  Luego de esto un buen baño decidimos ir a verificar como es la vida nocturna en esas tierras lejanas y pues que si señores, encontramos variada “discoteca”, ahí pegadito a la playa que no pude ver el sábado por la marea; pero, en esta ocasión de noche ya si había playa y bien grande jeje.. me causó mucha curiosidad dicho fenómeno como es de marcado en esta región.  En esta disco se tomaron unos cuantos “chorros” mientras se escuchaba del cantante en vivo; eso si, pura música salsa tal y como se podía esperar del valle del cauca; pero, como la salsa no es mi fuerte solo ver y beber, comenzó a llover y ahí si, como decía un amigo, el agua no es mierda,  pero se caga en todo y para el hotel a dormir.

El día lunes, desayunamos, piscinita, luego decidimos ir un ratico a un súper acantilado desde el cual se tiene una vista estupenda y ¡oh sorpresa! A cinco kilómetros de distancia se encontraba el sitio de avistamiento de las ballenas en lancha, por fortuna llevaba mis buenos binoculares y la vista desde allí súper y ¡gratis!, obviamente no se compara a verla desde la lancha pero igual puede uno verlas nuevamente con mas calma y sin el estrés de que “se va a acabar la moneda”.  Luego de esto, vuelta al hotel  almuerzo y agarramos nuestros corotos y decidimos partir al medio día; ya que, pensábamos ir al puerto de Buenaventura a ver los buques cargueros llegar a puerto y así contemplar sus grandes dimensiones.  Para lograr esto, luego de pedir la moto desde el hotel, llegamos nuevamente al puerto de Juanchaco allí nuevamente lancha hasta el puente turístico de Buenaventura; pero, en esta ocasión el gps no subió de 40 km/h, lo que causó que el viaje de regreso tomara una hora completa.

Vista de ballenas desde el acantilado

Para este viaje, les recomiendo no irse con la vestimenta full del viaje a sus respectivas ciudades, pues pensaría que por un defecto en el diseño de la lancha, sumado al oleaje en ese momento (que no era mucho) el mar se ensañó contra dos pasajeras mojándolas cada cinco minutos de ese viaje, de solo recordarlo me da mucha risa, pues parecía que le echaran baldados de agua desde el mar y como resultado, llegaron con su dominguero mojado y el maquillaje todo corrido.  Una vez llegamos al puerto turístico en bombas para la terminal y asegurar el tiquete del bus y si señores, que tuvimos acceso a un tiquete de bus en flota S26.  Luego a buscar el muelle de carga y pues con la mala noticia que este muelle no está abierto a turistas (no sabíamos), que triste, porque hubiéramos podido salir mas tardecito del hotel y disfrutar un poco mas de los parajes; pero bueno, a lo hecho pecho.  Nos fuimos a almorzar otro pescado en una plaza de mercado ahí en Buenaventura, que mero almuerzo, súper bueno y luego nos fuimos a un parque cercano del muelle y como par mochileros a dormir en el parque como hasta las 18:00 de ahí a la terminar a esperar hasta las 20:00 que saliera el bus para Medellín.  Durante la espera fue mucha la camándula que tiré para que nos fuera bien en el viaje, pues al otro día tocaba ir a camellar y como el viaje dura 11 horas y salimos a las 20:00 pues se llega a Medellín a las 07:00 y yo entro a las 07:30 a laborar jejee. Pero bueno, en conclusión llegué una hora tarde al trabajo y fue casi que prácticamente del bus a la ducha y luego a producir, ese Martes el descanso fue poco, pero la satisfacción y los recuerdos muy grandes.

No irse con la pinta dominguera en la lancha
Notas pos viaje:
- El avistamiento de ballenas es espectacular, muy recomendad ir a verlas
- Las personas del valle del Cauca, me parecieron súper amables y compaginamos muy bien
- En Juanchaco me pareció sorprendente como el medio principal de transporte para todo es la lancha, es como el automóvil en la ciudad.

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domingo, 15 de abril de 2012

Puente Festivo en la Hosteria de la Plaza Menor en Santafé de Antioquia

En cierto momento decidí irme a descansar un poco del ajetreado mundo de la ciudad y pensando, pensando se seleccionó Santafé de Antioquia como destino para descansar; posterior a la selección del punto geográfico, seguía la selección del lugar y pues he allí el problema; pues, en Santafé de Antioquia ya no hay arrimadero, todo vale un ojo de la cara y cuesta un billetal; pero bueno, después de ser consciente de lo anterior pensé ¡todos los sitios ya son al mismo precio entonces vamos a uno que esté como en la media! Y si señores que se decidió ir a la Hostería de la Plaza Menor muy cerca a la parte central de Santafé de Antioquia.

Lo primero que se hizo fue iniciar el viaje desde la ciudad de Medellín subiendo por robledo con el propósito de encontrar el famoso túnel de occidente, obra de ingeniería muy venerada por la gran mayoría de antioqueños.  Una vez en el túnel estuve agradecí nuevamente ser motociclista pues el peaje para ingresar a este túnel ya está rondando por encima de los diez mil pesos ($10.000) o sea que solo en túnel ida y vuelta serían más de $20.000.  Continuando por la ruta que prácticamente no tiene pierde, se llega a San Jerónimo y se aprecian todos los condominios que han construido a la entrada de este pueblo y muy poco tiempo después de seguir inyectando gasolina a los pistones de mi moto se llega a Santafé de Antioquia; luego de evidenciar el tiempo de salida desde Medellín hasta el momento de llegar al propio pueblo. noto que es hora y media de viaje; luego pensé, pues después de todo este túnel si redujo mucho el tiempo de viaje, ya que viajar por la antigua carretera, siempre es una opción, pero entiendo que la via está en pésimas condiciones y lo que si recuerdo es que el viaje es muchísimo más largo.

Luego de la anterior reflexión me acordé que estaba haciendo como hambre y pensé en irme a almorzar, decidí entonces entrar a almorzar al restaurante La Comedia, el cual queda muy cerca al hotel de mi destino.  La comedia es un muy buen sitio para almorzar; pues, es un sitio de personas tirando al tipo artistas, periodistas y filósofos de los cuales me sorprendió la cantidad de este tipo de personas que había en un solo lugar y más teniendo en cuenta que es en un pueblo y no en la ciudad.  Terminado el almuerzo, que fue algo así tipo como ejecutivo y de muy buen sabor por cierto, pedí la cuenta; acto seguido, recuerdo que un calambre en mi brazo izquierdo se manifestó, creo que fue el principio de un cardiaco al ver que el plato de un almuerzo estilo ejecutivo (recuerdo nuevamente que de muy buen sabor, eso  si) costó $14.000, pero bueno como dicen por ahí, tocó ponerle el pecho a la brisa, sacar el billete y pagar.  Luego de tener la barriga llena, me dirigí al hotel de la plaza menor, el cual casi no localizo pues el ancho de la entrada permite escasamente que pase un automóvil; igualmente, este ingreso se encuentra medio oculto en una callecita muy cerca a la iglesia de la plaza menor.

Iglesía cerca a la entrada de la Hosteria

Estando ya en el sitio, nos recibió la señorita de la recepcionista de manera muy amable, nos realizó el check in y nos asignó la habitación.  Acto seguido iniciamos el camino a la habitación, durante este momento se pudo apreciar lo bonito del hotel (y se reflexiona ¡con razón el precio!) pues tiene un diseño de una combinación de castillo y edificación antigua muy bonito eso sí, en donde las vigas horizontales que sostienen el segundo piso son de madera rústica dando un muy buen aspecto al sitio.  Yo si pude concluir que el hotel fue diseñado con mucho detalle.


Ya en la habitación encuentro que está igualmente decorada que el resto del hotel, la cual se ajusta a la perfección a la intensión del decorador. Posteriormente tengo la posibilidad de conocer una de las habitaciones más lujosas del sitio y pues quiero anotar que con el presupuesto y una ocasión especial paga ir a este hotel y a esta habitación en especial; pues, esta tiene un baño integrado al cuarto en donde un Jacuzzi en toda una esquina de la habitación le da un toque de lujo a la estadía.

Las instalaciones del hotel cuentan con Turco y Piscina lo cual hace que pueda uno refrescarse un poco del sofocante calor de los 600 msnm que tiene Santafé de Antioquia.  En la piscina durante los horarios establecidos para el baño siempre encontré personal del hotel donde con solo alzar la mano fui atendido y me llevaban el coctel, bebida o comida que deseara; pero, claro está que no es un Decameron All Inclusive y por lo tanto al final de la estadía me di cuenta del valor de esas alzaditas de mano :S.

Vista noctura desde la piscina hacia el hotel
La hora de los alimentos fuertes (los cuales si vienen incluidos en el valor de la habitación) es muy agradable; pues, el comedor vuelve y se compagina con la decoración del  hotel y sumado al buen sabor y preparación de los alimentos hacen muy agradable la ingesta de estos.

Finalmente, el tiempo de estadía en este maravilloso sitio fue muy corto y es tiempo de partir, pero no sin antes terminar de cancelar los consumos que se hicieron durante la estadía y preparar la moto para el viaje.

El retorno a Medellín se hizo en bombas de fuego, pues por esta nueva vía del túnel definitivamente si acortó muchísimo el tiempo entre Medellín y Santafé de Antioquia y Dios gracias hizo un muy bonito día para iniciar y culminar dicho viaje.

La verdad, recomiendo pudieran realizar un ahorro programado para visitar tanto el pueblo como este hotel;  pues, el lugar es muy apto para un merecido descanso y/o una celebración especial para una pareja tal como aniversario o similar, tanto por las instalaciones del hotel como por el servicio allí prestado y como el pueblo que por su aspecto colonial y buen clima ayuda a que el descanso tenga un muy buen complemento.

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