domingo, 11 de noviembre de 2012

Viaje en moto de Medellín a Bogotá

Debido a una diligencia personal que tuve que hacer debí dirigirme a la ciudad de Bogotá, bueno en realidad era a Chía, pero para una persona como yo que rara vez sale de su ciudad es casi lo mismo, pues las distancia entre la capital y mi ciudad destino son demasiado cortas en función del viaje que debo realizar.  Estuve analizando si irme en avión o irme en moto, luego de un cálculo con las económicas tarifas de la nueva aerolínea, concluí que económicamente era casi lo mismo viajar en mi moto que viajar en avión; sin embargo, cuando sumaba los gastos de transporte desde Medellín al aeropuerto José María Córdoba, y de Bogotá a Chía, más mi desplazamiento a Chía, pues la moto ganó por una pequeña diferencia, sumado a la comodidad de poderme desplazar en el sitio (Chía) sin necesidad de pagar taxis o buses.

Inicio mi viaje a las 05:20 de la mañana, con un retraso de 20 minutos, pues la verdad tenía planeado salir a las 05:00; pero debido a retrasos en la ida a dormir de la noche anterior tuve pocas horas de sueño, lo que hizo que la fuerza de gravedad esa mañana fuera demasiado fuerte en mi cama para poderme levantar; finalmente, recordando capítulos de Dragon Ball, aumenté mi Chi y logré vencer la fuerza gravitacional “adicional” que había sobre mi cama y pude levantarme, pero no sin obtener un desfase de 20 minutos en mi cronograma.

Inicié por la autopista Medellín – Bogotá, pasé sitios que para mi ya son muy comunes como fue el antiguo hipódromo, Guarne, Marinilla y El Santuario, la carretera entre Medellín y Marinilla es en términos de carreteras de Antioquia, una “súper carretera” doble calzada con dos carriles a cada lado, muy iluminada la cual permite un muy buen desplazamiento hacia el oriente antioqueño.  La vía entre Marinilla y El Santuario tiene zonas de un solo carril y de doble calzada, pero esto no impide una muy buena movilización y desplazamiento.  Después del Santuario encontramos que la carretera se convierte a carretera de un solo carril, pero en términos de Antioquia, me atrevo a decir que es una de las mejores carreteras que tiene este departamento para salir del mismo.  Llegando al municipio de Cocorná, encuentro uno hermosísimo paisaje; pues, donde supuestamente debe estar del pueblo de Cocorná que es al fondo de un valle, casi que cañón el pueblo no estaba, pues era cubierto por una capa de nubes que parecía algodón, justo en este punto, al poder admirar semejante acto de belleza de la madre naturaleza pensé "El viaje en moto ya se justificó”.

Debajo de las nubes está Cocorná

Vista hacia Corconá

Corcorná - Antioquia con nubes, al amanecer

Se continúa un descenso hasta llegar a Rio Claro, luego Doradal que es la ciudad donde queda la hacienda Nápoles que fue uno de los íconos del imperio económico de Pablo Escobar Gaviria.  Esta hacienda, cuando fue propiedad del este personaje funcionaba como zoológico exótico en el cual tenía cebras, jirafas y toda clase de animales traídos incluso del continente africano los cuales entre estos se encuentran los hipopótamos que actualmente son una de las principales atracciones del lugar.  Actualmente esta hacienda fue convertida en un parque temático, turístico recreativo y muy poco económico, en donde las personas pueden evidenciar vestigios de lo que fue una pequeña parte del imperio de este personaje y disfrutar de algunas atracciones recientes como los hoteles que han sido allí adecuados, los hipopótamos y otras atracciones que han sido construidas para el disfrute de sus visitantes.

Entrada a la hacienda Nápoles

Entrada a la hacienda Nápoles

Luego de la respectiva foto en el sitio continúo mi camino y encuentro que entre Doradal y La Dorada están construyendo parte de la ruta del sol, en donde actualmente esta en proceso de construcción una vía como nunca antes había visto, doble calzada con dos carriles a cada lado pero con una recta de aproximadamente 20 kilómetros casi sin “culumpios”, ni curvas, en donde el final de esta no se logra visualizar incluso a pesar de estar en línea recta, pensaría que esta nueva vía para las personas que tengan máquinas de alto desempeño considero que serán visitantes asiduos de esta carretera con el propósito de poder conocer sus máquinas en sus límites superiores, esta carretera es mucho mejor que las que evidencie en mi viaje a Santa Marta, solo verla da escalofríos al igual que en pensar las velocidades que las personas pueden allí desarrollar.  Sin embargo, aprovecho para felicitar a la entidad encargada de la construcción de esta vía, pues en Mayo de este mismo año pasé por esta y pues lo que vi en este viaje es totalmente diferente a lo que pude apreciar solo unos meses atrás, cosa rara en mi país que una carretera pudiera tener tan buen avance en su construcción en tan poco tiempo (poco tiempo en los estándares nacionales).

Ruta del Sol, Doradal - La Dorada

Ruta del Sol, Doradal - La Dorada

Una vez disfrutada esta parte del trayecto pasé por La Dorada Caldas, en donde la carretera ya vuelve a su “normalidad”, posterior a esto está la ciudad de Honda, en la cual se cruza el río Magdalena en Puerto Bogotá, este río no importa las veces que lo vea pero me parece que es monumental, no quisiera imaginarme como es pasar el Amazonas en uno de sus sectores con mas caudal.  Pasado Honda iniciamos la trepada a Guaduas, la cual recuerda a algunas carreteras de Antioquia por su estreches, tránsito de vehículos de carga y curvas continuas. Este paso me recuerda a mi retorno de Boyacá (descrito en una narración anterior) en donde pasé un pequeño susto debido a que es justo en este trayecto es donde la carretera presenta mayores movimientos de tierra lo que causa que en muchas ocasiones no exista tránsito vehicular por esta vía, afortunadamente y con base a mi experiencia anterior, el día previo de mi salida llamé a Invías y pregunté por el estado de este trayecto, lo cual me llenó de confianza para continuar por dicha zona.  Luego de unos kilómetros llegué al sitio donde la ocasión anterior tuve dificultades para pasar; pero, aunque si se mira a la montaña, se evidencia que es una zona de movimientos de tierras  no se puede uno imaginar que en algún momento el paso vehicular sea igual a cero vehículos; pero el día de mi tránsito por este lugar fue como si nada pasara ni fuera a pasar, esta estabilidad en las tierras permitió mi paso sin novedad pudiendo llegar a Guaduas sin pena ni gloria.  Luego de Guaduas y al transitar unos kilómetros mas, la carretera cambia de curvas a ya no tan curvas lo cual implica que estoy pronto a llegar a La Vega que es la vía que recomiendo para llegar a Bogotá, pues es una vía doble calzada de dos carriles en cada calzada lo que permite recorrer 80 kilómetros en solo una hora.  Mi recomendación por este sector el cual se identifica por el paso a través del único túnel que hay después de Marinilla Antioquia, es que disminuyan la velocidad y estén después del dicho túnel, muy pendientes al intercambio vial, pues este los llevará a Bogotá por dos vías diferentes, recuerden tomar la vía de La Vega, la cual es mucho mas cómoda para llegar a destino.

Después de pasar La Vega, llegó al Rosal a las 12:15 de la tarde, 6 horas después de mi salida de Medellín en donde me encuentro ya en las goteras de mi destino.  Es en este sitio dónde necesito repostar combustible, después de 362 kilómetros,  aprovecho para almorzar, hidratarme, tomar un descansito y continuar hacia Chía, el cual es separado del Rosal por 54 Kilómetros, los cuales gracias a las vías de esta parte de Colombia me permitieron estar en destino en tan solo 30 minutos.
Considero que el recorrido que hice de Medellín a Bogotá me rindió fue debido a que el día de mi tránsito por estas carreteras, el tráfico no fue muy denso lo que ocasionó que pudiera tener un desplazamiento fluido y con un mínimo de paradas.  En condiciones de flujo normal de vehículos entiendo que esta ruta puede tomar alrededor de 8 horas.


contador de visitas
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